Han pasado casi seis meses, exactamente 182 días desde que se cerraran precipitadamente las puertas del cole. Las aulas quedaron vacías, los pasillos en silencio, los patios desérticos,...de repente alumn@s y profes nos vimos separados por una pantalla digital. Todo se volvió frío, la tecnología está bien para muchas cosas, pero no para la docencia, enseñar es mucho más que aprender contenidos, enseñar es sonreír, es emocionar, es saber qué le pasa a tus alumn@s con solo mirarles a los ojos. Sin embargo, todo eso pasó a un segundo plano...
Pero por fin mañana es el día. Mañana se vuelven a abrir esas puertas que se cerraron. Mañana, aunque llevemos mascarilla, mostraremos nuestra mejor sonrisa, porque si algo hemos aprendido en este tiempo es que también se puede sonreír con la mirada y que no todo necesita distancia de seguridad.
El primer día de cole siempre es especial, pero mañana lo será aún más,...mañana las mochilas irán cargadas de gel hidroalcohólico, mascarillas de repuesto, pero también irán llenas de sueños, de esperanza, de amor,...